El pie diabético es una complicación en la que confluyen tres factores importantes: la infección, la neuropatía (alteración de la sensibilidad) y la isquemia (falta de circulación).
Causas
Factores predisponentes (son aquellos que ponen en riesgo el pie): la diabetes afecta al sistema nervioso, generando alteraciones en la sensibilidad – o neuropatía – (ejemplo: el paciente no siente cuando se lesiona); y la isquemia (estrechamiento y obstrucción de los vasos sanguíneos).
Factores precipitantes o desencadenantes: generalmente un traumatismo mecánico, térmico o químico. En un gran porcentaje la causa es el calzado inadecuado, y las quemaduras con agua o compresas calientes.
Factores agravantes: determinarán el pronóstico de la enfermedad, así como también favorecerán el proceso de cicatrización; por ejemplo, el control adecuado de la diabetes o el estado nutricional. La isquemia, o circulación deficiente, también desempeña un papel preponderante; sin una circulación adecuada, no hay cicatrización.
Manifestaciones
• afectación sensitiva. La pérdida de la sensación de dolor y la temperatura, y posteriormente la afectación sensorial profunda; esto genera que los diabéticos no puedan detectar cambios de temperatura, ni el exceso de presión producido por zapatos ajustados o cualquier otro traumatismo.
• afectación motora. La atrofia y debilidad de los músculos del pie, perdiéndose la función de estabilización de las articulaciones; provocando dedos en martillo y dedos en garra, que conducen a una distribución anormal de las cargas en el pie.
• neuropatía autonómica. Piel seca o fisuras formando tejido calloso en áreas de presión, además aumento de la temperatura de la piel, provocando un trastorno en la regulación del flujo de sangre lo que agrava aún más las deformidades y predispone a la presencia de infecciones.
Diagnóstico
El diagnóstico está basado en la historia clínica, además de estudios para evaluar el grado de neuropatía, así como también la toma del índice tobillo – brazo, y del índice dedo – brazo; que son pruebas no invasivas, sencillas y rápidas que su médico puede ejecutar durante la primera consulta, y que aportan información sobre la permeabilidad de las arterias que llevan sangre a sus pies.
Estudios de gabinete, como la ecografía arterial, la angiotomografía y resonancia magnética, deberían, de preferencia, ser considerados por un especialista, a fin de no generar exposiciones a radiación o medios de contraste innecesarios. La arteriografía es un método invasivo de elección para evaluar la permeabilidad de los vasos sanguíneos por debajo de la rodilla, este estudio además puede ser terapéutico.
Tratamiento
Si bien, el tratamiento siempre debe ser integral; con el control de la diabetes, una adecuada nutrición, la corrección de los factores extrínsecos modificables, el control de la infección, y el cuidado óptimo de la herida; la recuperación del flujo arterial sea a través de un bypass, o mediante técnicas endovasculares con colocación de stent; siempre deberá estar bajo el criterio directo de un cirujano vascular, único capaz de discernir el mejor tratamiento para preservar su extremidad.